Deportes

Viandar de La Vera celebra la Copa del Rey de su paisano Ernesto Valverde – Hoy.es

[ad_1]

Para la afición del Athletic Club de Bilbao que la semana pasada exhibió esperanzada su camiseta rojiblanca por el centro de Badajoz, Mérida, Cáceres o Plasencia camino a la final de Sevilla que le ganaron al Mallorca, Ernesto Valverde Tejedor es el entrenador que les ha dado una Copa del Rey cuarenta años después. En Viandar de La Vera, sin embargo, Valverde es sobre todo el hijo de Julio y Rogelia. El sobrino de Mercedes y del difunto Pedro. El amigo de Juan Carlos Castaño, el de las aceitunas… Lo cuentan en el bar La Plaza, donde a la una de la tarde de este lunes, la parroquia despacha orgullo entre botellines de Mahou y tapas de jamón serrano o sardinas.

«Él se fue de aquí teniendo siete meses, pero sigue viniendo al pueblo», sitúa tras la barra Pedro Alonso García. A su espalda, en la estantería, lucen un banderín del Barça, varias estampas de cristos, unos cuantos billetes extranjeros y una foto del ilustre paisano, vestido de traje y corbata y con las manos en los bolsillos, ejerciendo de entrenador en algún campo de Primera.

Pedro el del bar sabe lo que es subir a la montaña con Ernesto, a caminar y hacer unas fotos, con el mistar cargando su cámara réflex. «Él se fue de aquí con siete meses –reconstruye el dueño del bar–. Se fue primero Justo, su padre, estando Rogelia embarazada de Ernesto. Él nació aquí, y entonces ya se fueron todos para arriba. El hermano pequeño ya nació allí». O sea, en Vitoria, que fue el destino al que la familia Valverde de Viandar de La Vera (225 vecinos según el INE) emigró en los años sesenta. «El padre estuvo trabajando en la Mercedes», cuenta otro vecino. Y varios asienten y van enriqueciendo la historia. «Él viene todos los años, en verano», apunta uno. Y otro añade: «El verano pasado le vi yo ahí fuera, que llevaba una gorra» (el bar, como bien indica su nombre, está en la plaza del pueblo, donde hoy diluvia). Corrige Pedro tras la barra: «El verano pasado no vino». Y lo confirma con su hermana, que trasiega en la cocina. «Lo que ella diga, créetelo», previene. Luego contarán que a Valverde le quedan en el pueblo «dos primas hermanas, una tía carnal y otra política». Que sus padres siguen en Vitoria. Que a veces ha venido con un escritor amigo suyo (se refieren a Bernardo Atxaga, que ha pasado temporadas en el pueblo).


Plaza de Viandar de la Vera, este lunes.


Palma

Y hay algo en lo que coinciden todos: que el entrenador al que adoran en Bilbao es «un tío muy normal». «Él es muy sencillo». «Es el tío más normal del mundo». «Es buena gente». Se repiten los testimonios halagando el carácter de Valverde, al que en Viandar siguen la pista desde hace años porque antes que entrenador del máximo nivel, fue jugador y también alcanzó el éxito.

Nacido el 9 de febrero de 1964, jugó tres temporadas en el Deportivo Alavés, dos en el Sestao River, una en el Español, dos en el Barcelona, seis en el Athletic Club (188 partidos y 50 goles) y cerró su carrera defendiendo un año la camiseta del Real Club Deportivo Mallorca, precisamente su rival en la final de la Copa del Rey del pasado sábado. Fue internacional con España una vez, contra Islandia.

«Me fui con siete meses pero suelo ir cada año. Me encanta Viandar. No lo cambio por nada», ha dicho el técnico

Su aventura en los banquillos comenzó en la cantera de Lezama (cadete división de honor, cadete liga vasca y juvenil de División de Honor), y en la temporada 2003/04 fue designado para dirigir al primer equipo bilbaíno. Tras dos temporadas, pasó al Español, donde permaneció otras dos. Luego entrenó un año al Olimpiakos griego, otro al Villarreal, regresó a Grecia, donde estuvo dos temporadas, luego una en el Valencia y vuelta a Bilbao, para quedarse cuatro campañas antes de fichar por el Barça. Después de tres temporadas allí, hizo el camino de vuelta a Bilbao la campaña pasada.

«Viene siempre que puede»

«Cuando él empezaba como entrenador –cuenta un vecino en el bar La Plaza–, yo le preguntaba a su padre que cómo le iba, y él me decía siempre: ‘Si hay resultados, bien, y si no, olvídate’». «Cuando dejó el Villarreal, se tiró por aquí casi dos semanas», añade otro. Un tercero conduce hasta la casa del entrenador, que no llama nada la atención. Su fachada no la distingue de las demás de esa calle. La de al lado es de sus padres. Está a menos de un minuto andando de la plaza.

«Él viene siempre que puede, y los hijos ya vienen por su cuenta, porque son mayores», cuenta otro de los clientes de Pedro. El propio Valverde explicó hace tres veranos en la televisión pública vasca cómo era su relación con Viandar. «Nací allí y suelo ir cada año porque es un sitio que me encanta, y a mis hijos también», relató el técnico en esa entrevista. «A los siete meses de nacer –recordaba el protagonista–, mis padres se fueron a Vitoria. Era la emigración de los años sesenta. Mi recuerdo de allí es el de pasar los veranos, porque pasábamos el mes de agosto en el pueblo. Lo idealizas mucho porque es la libertad total. Estás todo el día en la calle. Mantengo el vínculo. Es un sitio con el que me siento identificado aunque haya habido muchos años en los que no he ido». «Apenas voy una semana, o cinco días al año –concluye Valverde–, pero para mí es algo que no cambio por nada».

[ad_2]

Source link

Julián Capera

¡Hola! Soy Julián Capera, tu entusiasta de los deportes y fuente de referencia para todo lo relacionado con fútbol, NFL, boxeo, NBA y más en ElMundoIberico.com. Con pasión por el periodismo deportivo y dedicación a brindar las últimas noticias y conocimientos, me esfuerzo por mantenerlo actualizado y comprometido. Únase a mí mientras nos sumergimos juntos en el apasionante mundo de los deportes.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button
[xyz-ips snippet="footer"]