José Calvo Poyato: «Fernando el Católico ha sido de los mejores políticos de España, pero como persona dejó… – ABC.es

En un acto muy concurrido de público, se ha puesto de relieve el valor de un libro que retrata magistralmente la España de finales del siglo XV y principios del XVI, plasmándose «una historia de España que nunca termina en una novela que además tiene ciertos aires de misterio», tal y como ha señalado el moderador, el periodista de ABC Mario Daza. Asimismo, este ha destacado que se trata de un libro de más de 600 páginas «que no se puede parar de leer y que deja abiertos muchos interrogantes». En cuanto a José Calvo Poyato, ha dicho que es «un egabrense de patria reconocida. Fue alcalde allí y vive y sueña sus libros desde esa localidad».

El protagonista del Aula de Cultura ha dado las gracias a los patrocinadores y a ABC por el apoyo que da a todos sus libros. A continuación ha señalado que «la historia de España es muy rica y está llena de acontecimientos, pero no todos los acontecimientos históricos tienen novelas». Además, Calvo Poyato ha añadido que «escribí esta novela porque Isabel la Católica fue una persona muy importante con más luces que sombras. Ella dejó a Fernando en la oscuridad porque tuvo una enorme importancia. Pero luego hay que tener en cuenta que Fernando sobrevive a Isabel más de una década, ya que murió once años después que ella. En ese tiempo se cimentaron los fundamentos del imperio español que llegó a su apogeo con Felipe II. Cuando se incorpora Portugal a la Corona española se acuñó una moneda en latín con el lema ‘El mundo no basta’».

A partir de ahí, este articulista de ABC ha recogido la figura de Fernando en los años en los que Isabel ya no estaba presente. «Escribir una novela histórica es muy difícil porque los hechos no se alteran y, a poco que se sepa de historia, se sabe cómo acaban los acontecimientos. En una novela histórica hay que saber mantener el interés del lector porque el final ya está contado».

¿Hizo testamento Enrique IV?

Una de las cuestiones más importantes que se plantean en ‘El rey regente’ es si el hermano de Isabel la Católica, el rey Enrique IV de Castilla, hizo o no un testamento antes de morir. A este respecto, el historiador aclara que «hay cronistas que dicen que hizo testamento, como Galíndez de Carvajal. Otros, por el contrario, señalaron que el rey no hizo testamento. Eso a un novelista le da mucho juego. En Guisando, en 1568, el rey abominó de su hija y la llamó bastarda. Ahí consideró a Isabel heredera. Pero dos años después, en la Val de Lozoya, dijo que la heredera legítima era doña Juana».

Hay que tener en cuenta Fernando era rey y regente a la vez. Cuando muere Isabel, era rey de Aragón y regente de Castilla, donde la legítima reina era Juana la loca. También el autor de ‘La ruta infinita’ ha subrayado un hecho insólito para la época, que Isabel tomara posesión del trono en 1474 tras morir Enrique IV sin informar a Fernando. «A Fernando no le sentó muy bien que Isabel se coronara reina en Segovia. Isabel también supo ceder para que el nombre de Fernando fuera por delante del suyo», ha dicho este escritor a la vez que ha reconocido que la reina de Castilla «siempre estuvo muy preocupada ante la posibilidad de que el testamento existiera. Un poco antes de morir le pide a Fernando que buscara el testamento para darlo a conocer públicamente en caso de que Enrique la hubiera nombrado su heredera o para destruirlo en caso de que hubiera optado por su hija, doña Juana».

Preguntado por si la España actual tiene concomitancias con esa de finales del siglo XV y principios del XVI, Calvo Poyado ha dicho que «sostengo que la historia no se repite, por eso la España de esa época no se parece a la actual. Era una España estamental donde la ley no era igual para todos, algo que sí se parece a hoy día, aunque teóricamente la ley sea igual para todos en los tiempos actuales. Además, la economía del XVI era primaria. El 80 por ciento de la población estaba dedicada a la agricultura y a la ganadería.

El columnista de ABC también ha querido romper una lanza en favor de Juana la loca, un personaje que no siempre ha sido bien tratado por la historia. «Juana estaba casada con Felipe de Habsburgo. El testamento de Isabel decía que el rey sería regente mientras Juana estuviera fuera de Castilla o no pudiere gobernar. Doña Juana hablaba perfectamente en latín y tenía una gran cultura. Erasmo de Rotterdam la admiraba. Era muy apasionada y Felipe la engañaba con otras mujeres». Asimismo, ha dicho que cuando llegó la revuelta de los comuneros, «doña Juana no sólo demuestra que no estaba loca, sino que era una mujer de Estado».

También ha subrayado el hecho de que Felipe de Habsburgo, el Hermoso, esposo de doña Juana, «le echó un pulso a Fernando». «Cuando ambos se reunieron tras la llegada de Felipe a la península, este iba con un ejército de unos 2.000 hombres y Fernando se marcha de Castilla. Era junio de 1506. En septiembre falleció Felipe. A pesar de que la tradición dijera que murió al beber un vaso de agua fría tras jugar a la pelota, hoy en día se cree que probablemente murió envenenado».

Comenta el autor de ‘El año de la República’ que «el papel más importante que tuvo el rey Fernando fue seguir doblegando el poder político de la nobleza. Con Enrique IV los nobles hacían y deshacían las cosas a su antojo. Eso lo cambiaron los Reyes Católicos. En 1480 en las Cortes de Toledo se decidió que cuando murieran los maestres, los reyes serían maestres. El poder militar pasó a manos de la Corona. La nobleza se rebeló. Cuando Felipe se rebeló contra Fernando, una parte de la nobleza se pone del lado de Felipe. Esa es la época en la que comenzaron las monarquías autoritarias en Europa».

La importancia del cardenal Cisneros

También en la novela aparece el cardenal Cisneros, «un personaje maltratado por la historia», según José Calvo Poyato. «No sólo fue un inquisidor que quemó libros de los musulmanes. El hispanista Joseph Pérez escribió la mejor biografía sobre Cisneros que existe y me dijo que fue el político más importante de la primera mitad del XVI. El controló el norte de África para que los berberiscos no atacarán las costas mediterráneas de Castilla. Los frescos de la capilla mozárabe de la catedral de Toledo recogen la campaña de Orán que dirigió Cisneros, lo cual habla de la importancia que le daba al control del norte de África para defender el Mediterráneo español de un ataque musulmán». Igualmente este cardenal defendió a Nebrija cuando este corrigió la biblia de San Jerónimo, suceso que provocó que el arzobispo fray Diego de Deza le abriera un expediente inquisitorial al humanista sevillano. «Cuando entró Cisneros como inquisidor dio carpetazo a esa acusación».

Respecto a cómo Calvo Poyato ve a Fernando el Católico, ha comentado que «tengo claro que ha sido de los mejores políticos que ha tenido España. Sabía cuándo retirarse y cuándo volver. En Sevilla, en 1508, fue muy duro con el ducado de Medinasidonia y arrasó Niebla, que pertenecía al reino de Sevilla». A continuación ha dicho que «hay que distinguir al que fue político, rey y hombre de Estado de la persona. Fernando como persona dejó que desear. El Gran Capitán conquistó Nápoles, localidad de la que fue virrey. Pero al volver a España Fernando lo manda a gobernar Loja. Frente a las personas que eran muy leales con el rey, este no lo fue tanto con esas personas. El rey tuvo más sombras que luces».

Combatir la leyenda negra

Aparte de abordar otros muchos temas, José Calvo Poyato ha reflexionado sobre el comienzo de la conquista de América, un momento en el que se está legislado sobre los territorios que se estaban incorporando a la Corona. «Los españoles reconocen los mismos derechos a los indios que a los ciudadanos de la península. Hay que combatir la leyenda negra. En Granada daba clases un catedrático negro en el siglo XVI, Juan Latino, cosa que no se ha visto en Estados Unidos hasta muchos años después». Abundado sobre este tema, el historiador y escritor ha destacado que «el problema es que nuestra historia nos la han contado los extranjeros. El padre Mariana publicó una ‘Historia general de España’ hacia 1592. Tuvieron que pasar tres siglos hasta que se publicara una nueva ‘Historia general de España’, la de Modesto La fuente de 1860. Entre medio nos han escrito la historia de España los extranjeros. Y ahora mucho de la leyenda negra la defienden los propios españoles».